Mi amiga la ansiedad

La ansiedad y yo somos amigas desde que tengo memoria. Recuerdo que me acompañaba en las comidas familiares, en las noches de fuegos artificiales, en las salidas espontáneas de mi casa, en cada historia de muertes y enfermedades. Por años no podía identificar qué era esto que siempre llegaba de sorpresa, que me arruinaba cuando menos lo esperaba. Pero pronto, en cuanto sentía mis manos temblar y mi respiración perderse, sabía que estaba ahí de nuevo. Ahora, siempre la espero sentada, lista para lo que viene.

La ansiedad en mí tiene mil versiones diferentes, a veces viene como un simple tic en los ojos, a veces aparece como pérdida de apetito, otras veces, con atracones de comida. Algunas veces viene peor, me despierta con ataques de pánico en medio de la noche, o me deja llorando en un avión, esperando desesperadamente a que aterricemos.

Siempre viene con ganas de quedarse, y a veces parece imposible despegarse de ella. Pero todo cambió un poco cuando empecé a ir a terapia. Gracias a ella, pude empezar a identificar lo que me estaba pasando, y pude empezar a sanar lo más interno de mí que me causaba esto.

A pesar de que la terapia me ha ayudado demasiado, medicarme para esto fue lo que verdaderamente me salvó. Y medicarse no siempre es sencillo, pues es estresante saber que no puedo hacer esto sola, que no puedo controlar mis emociones ni con terapia. Pero créanme que es de las mejores cosas que he podido hacer por mí misma. Medicarme por salud mental ha sido un acto de amor propio.

Aún así, tener ansiedad sigue afectando mi día a día, afecta mis relaciones, mis decisiones y mi estado de humor. A veces siento que, gracias a mi ansiedad, no puedo dar lo mejor de mí en todos los aspectos de mi vida, y eso es simplemente devastador. Lo peor es que es algo que la gente de mi alrededor simplemente no entiende, y no es su culpa, pues no hay manera de explicar cómo se siente vivir con eso. Comoquiera, creo que puedo decir que cada día estoy mejor, y eso es lo que importa por ahora.

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Nota: A pesar de que todos podemos sentir ansiedad, yo tengo Trastorno de Ansiedad Generalizada, el cual me causa ataques de ansiedad constantes.