Escrito por: Laura Reveles
Este artículo forma parte de la serie de publicaciones "Las películas que nos formaron", donde invité a varias escritoras o amantes del cine para que compartieran un poco sobre el impacto de ciertas películas en su vida. A continuación, tenemos un hermoso escrito por Laura Reveles, donde nos platica del impacto que Big Fish tuvo en su vida como escritora.
Honestamente, me costó mucho trabajo identificar una película que verdaderamente me hubiera cambiado la vida. No porque no tenga muchas películas que disfrute ver en cualquier momento, o porque ninguna me haya sorprendido jamás, sino porque, aunque pueda hacer un recuento de todas las historias que me han hecho reír, llorar, tener miedo, sentirme inspirada, o una mezcla de todo lo anterior, encontrar una sola en la que pudiera encontrarme a mí misma, con un antes y un después no fue tan sencillo como creí que sería. Y estaba pensando en esto mientras paseaba por el catálogo de Netflix cuando la encontré.
Curiosamente, dudo mucho que la hubiera recordado si no fuera porque apareció en mis recomendaciones, pero leer Big Fish y ver la portada de la cinta me llenó de una serie de memorias que me hicieron pensar “Esta es la película. Sobre ésta debo escribir”. Recordé tener cerca de 10 años y verla en casa de mi abuelo, sorprenderme con los fantásticos sucesos e increíbles personajes, y verme a mí y a figuras de mi vida diaria en ellos. Y cuando volví a verla para escribir esto con mayor claridad, recordé porqué me había marcado tanto: es una historia, acerca de contar historias.
Dirigida por Tim Burton, la película narra, en forma de anécdotas, la vida del personaje principal, Edward Bloom (Ewan McGregor/Albert Finney), quien está cerca de su muerte debido a una enfermedad, y cuenta cómo su hijo, Will (Billy Crudup), busca conocer la verdadera historia sobre su padre, dado que todo lo que sabe es gracias a las historias fantásticas que éste le había contado a lo largo de su vida, las cuales, de acuerdo a Will, no eran más que invenciones fabricadas para evadir la vida común y corriente que tenía. Entonces, con un padre soñador, y un hijo objetivo, Big Fish maneja un balance perfecto entre ficción y realidad, llevando a los espectadores en un viaje emocionante haciendo que incluso nosotros cuestionemos la veracidad de los episodios narrados.
El uso de simbolismos para representar aquello que no se puede decir explícitamente es una parte fundamental de la película. Sin embargo, estas figuras no se utilizan para simplificar lo que comúnmente sería difícil de visualizar debido a su extravagancia, sino que representan todas aquellas cosas que sabemos que existen, pero nos resulta complicado tratarlas. Uno de mis favoritos es precisamente el del pez, que se introduce a la narrativa de muchas maneras pero que podría resumirse en lo que Edward Bloom dice haber leído de niño acerca de los peces dorados: “Si se guarda en un pequeño recipiente, el pez permanecerá pequeño; si tiene más espacio puede doblar, triplicar o cuadruplicar su tamaño”. Este momento representa una característica importante del personaje, que en sus anécdotas comienza a guiarse por su ambición para sobresalir de entre los demás. En la vida real, por otro lado, el “recipiente” no es tan evidente, sino que se asemeja a las historias mismas contadas por el protagonista ya que es la naturaleza utópica de éstas y el poder de imaginación que requieren lo que diferencia a Bloom de quienes le rodean.
Puesto que desde pequeña mi propio padre me heredó el hábito de contar historias, no me fue complicado reflejarme a mí, pero sobre todo a mi papá en el protagonista de la película. La necesidad de vivir una vida similar a la del resto del mundo, absorber su esencia y embellecerla con el magnífico poder de la imaginación ha sido siempre algo común en nuestro día a día, y ha formado una de mis mayores pasiones: escribir. Quizás por esto es por lo que a pesar de que ha pasado tanto tiempo desde que vi la película, más por accidente que por interés propio, ha guardado un lugar especial en mí, como uno de los relatos que más me han inspirado. Así, Big Fish es una película para toda aquella persona que disfruta de contar historias y hacer que éstas formen parte de su legado, pero también para todos aquellos que se deleitan al escucharlas.
Laura Reveles es estudiante de la Licenciatura en Letras Hispánicas. Espero que podamos ver más de sus textos pronto :)
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